el cibernauta y el profeta
< (por badbit)/>

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El cibernauta se quitó la pesada mochila y se dispuso a revisar su correo
electrónico. El cibernauta era un adolescente de 16 años, aunque aparentaba más
edad. Nadie lo tomaba en serio en su mundo... era demasiado joven para ser
alguien importante... pero había peores.
Despertó a su máquina del profundo sueñ en el que se encontraba, se escuchó
un zumbido y luego un rugido: los discos duros se habían activado. El
cibernauta hubiera deseado tener un equipo más avanzado ya que a pesar de que
su computadora era reciente, ya era obsoleta. A veces hacía el ridículo
comparando su máquina (su vida) con la de otros de su especie... o incluso de
especies inferiores, pero no había remedio. Aún así, la máquina hacía
todo lo que el cibernauta le pedía.
Conectó su terminal al ISP con la cuenta pirata y comenzó a bajar los nuevos
mensajes. Al cibernauta le gusta ayudar a otros newbies o wannabes. Era casi su
único método para desahogarse, era un corazón solitario. Le era muy difícil
entablar una conversación con una persona "normal." Al cibernauta ya nada le
parecía interesante... no había casi nada nuevo, la mayor parte de las personas
no tenían nada novedoso y desafiante que ofrecerle. Rara vez se le veía
interesado en alguien, o con cara de sorpresa... desde hace mucho tiempo.
Leyó sus nuevos mensajes. Nada nuevo. Mensajes de rutina. Después de haber
tenido un pasado tan brillante, el cibernauta estaba en una fase obscura... un
estanque sin salida, sin ningún reto... nada: Un nuevo muerto viviente. Pero él
tenía que continuar su vida, tiene demasiadas responsabilidades como para
abandonar su trabajo tan logrado en este momento. Llegó al punto sin retorno,
una vez que llegas ahí, no hay salida... y lo que es peor: no quieres salir.
El cibernauta tiene muchas cosas que hacer, se sienta en una silla... tiene
que pensar en qué es lo que lo va a salvar de esta. Si sigue así puede llegar a
pensar en el suicidio... casi como un obsesivo-depresivo, su vida fue de una
calidad insuperable por algún tiempo, pero sufrió las consecuencias que estaban
sufriendo millones de personas en su nación. El único consuelo que le queda es
el conocimiento... algo que nadie le podrá quitar. O al menos así lo
quiere creer...
Paralelamente a esta triste historia, tenemos otra, no menos triste. Al
muchacho lo llamaremos "profeta." El profeta es otro ser solitario, está muy
confundido. Tiene una misión, sólo que no sabe cuál es... ni quién se laencarga.
El profeta llevó una infancia considerada "normal," pero conforme fue
creciendo, hubo cambios en su personalidad. No fueron cambios naturales, como
le sucedió a todos sus compañeros de la escuela, sino otro tipo de fenómenos...
muy extraños. El profeta no cuenta sus cosas a nadie, las guarda en secreto.
Convive con poca gente, pero aún así, sus amigos notaron que ya no era el
mismo, pasó por una fase de melancolía infinita... casi tres años... y aún no
sale. El profeta ha decidido que si no le es revelada pronto su misión, se
suicidará.
El profeta es católico de nacimiento. Como a millones de niños, no le
preguntaron la religión que deseaba practicar. El profeta no estaba arrepentido
de eso, se sentía bastante bien en esa religión y cumplía con lo básico. Cuando
el profeta cumplió 7 años, comenzó a interesarse por la biblia. La leyó casi
toda. Se dió cuenta de cosas... hizo preguntas pero sus interlocutores nunca le
daban una buena respuesta, tal vez por no querer pensarla o por ser preguntas
demasiado complicadas.
Hubo una fase en la vida del profeta a la que él mismo denominó la fase de
"respuestas." El nombre se debió a un fenómeno muy curioso. Durante esa fase,
el profeta recibía respuesta a cualquier cuestión que pudiera pensar. Las
respuestas llegaban por el medio más inesperado: radio, periódico, etc. No...
eso no era casualidad, tenía que ser producto de una inteligencia superior que
estaba encaminándolo hacia una meta... la cual era borrosa, indefinida (por
el momento).
A la fase de respuestas le siguieron muchas otras, cada una de ellas
marcaría profundamente al profeta. Era necesaria una revelación rápida para
encontrarle sentido a su vida y misión.
A pesar de llevar vidas tan diferentes, el cibernauta y el profeta tienen
mucho en común: Están pasando por una fase de gran depresión, están esperando
una misión y tienen una manera muy particular y específica de pensar. A los dos
les fue revelado su objetivo el 9 de Septiembre de 1999. Fue algo aterrador
para ambos personajes... algo inesperado.
El cibernauta se encontró derrepente con una biblia en las manos. La abrió
al azar y por casualidad leyó Apocalipsis 11:1-4, demasiada coincidencia para
considedarlo azar...
El profeta se encontró derrepente con una hoja escrita a mano. Contenía
signos extraños desconocidos para él. Aunque el profeta estaba consiente de que
no podría leerlos, sentía que los entendía. Y sintió una gran necesidad de
escribir...
El cibernauta quedó impresionado por lo que leyó en la biblia, y más aún por
lo que sucedió a continuación. Cerró la biblia y se puso a reflexionar. De un
momento a otro tuvo frente a sí unas hojas escritas a mano. Las leyó... o mejor
dicho las leyeron...
Cuando el profeta terminó de escribir, el cibernauta comenzó a leer lo
escrito. Fue un momento increíble. Era un redescubrimiento de sí mismo, un
mundo nuevo, lo que había esperado desde hace mucho:
El cibernauta-profeta se dió cuenta de su realidad. La misión anhelada, el
sentido de su vida. Ahora quedaba la duda más grande y decisiva que debería
tomar en su importantísima existencia: ¿Estaría dispuesto a ser el anticristo?
No era una tarea fácil, muchos la habían rechazado... ¿Sería él el
siguiente? Tal vez no era el único elegido para la misión, pero era el más
preparado... el más poderoso y el más completo. Dos anticristos son mejor que
uno. No... no es posible la destrucción. El profeta estaba convencido pero el
cibernauta dudaba. ¿Podría modificar su misión? ¿Podrían negarse a cumplir tal
hazaña? ¿Ganaba o perdía? El tiempo se agotaba y una decisión eramenesterosa...
El cibernauta había leído ya información acerca del laurel plantado en su
casa. Sabía que las hojas tenían propiedades venenosas al ser ingeridas... Se
dirigió al patio. Mientras el cibernauta arrancaba un manojo de hojas, el
profeta tuvo una visión: "Adolescente se suicida con hojas de laurel." El
cibernauta estaba a punto de soltar las hojas cuando el profeta las apretó con
fuerza... otra visión, esta vez de poder, destrucción, obscuridad, guerra y
muerte. La opciónes fueron claras. El veneno surtió efecto...

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