La nave se encontraba gravemente dañada, los civiles retiraban los cuerpos y buscaban posibles sobrevivientes por los
escombros, y entre el terror y la confusión, un niño, recorría lo que quedaba de los pasillos que comunicaban al centro de
convivio de el crucero espacial Mentor, ahora transformado en hospital improvisado. Le dijeron que ahí tal vez podría encontrar
a sus padres, pero él sabe que no tiene caso tener falsas esperanzas, el mismo escuchó el reporte de no sobrevivientes en
la sección 3C. Todos murieron calcinados, el ataque de el adversario fué demasiado rápido y sorpresivo. Pero a sus ocho años
el pequeño Chat entendía que estos no eran momentos para llorar, tal vez después. Se colocó frente a una de las ventanas y
observó la desigual batalla que se estaba librando afuera de la nave, muy pronto, pensó, llegaría el tiempo de honrrar a su
familia, a su raza; le haría justicia al nombre que le fué dado en honor a uno de sus ancestros, aquel que dió su vida por
su emperador durante la gran guerra de erradicación, que muchos consideran un mito, una leyenda, inventada por los pocos de
su raza que quedaban con vida y de la cual no existe ningún registro mas que las historias que sus padres le narraban antes
de dormir y que ahora sería su responsabilidad mantener, como último sobreviviente, de aquellos que lucharon durante millones
de años por derrocar al mal. Su mirada fija al exterior no perdía detalle de el noble sacrificio que se llevaba a cabo. Cientos
de adversarios cubrían el cielo y el campo de batalla, avanzando rápido y ferózmente, como una fuerza imparable.Objetos de
poder penetraban el duro metal y los guerreros hacían uso de todas sus habilidades para evitar las poderosas descargas capaces
de arrazar con poblados enteros. En medio de el caos, la figura de Vendivyx resaltaba inponente. -¡ Por el Gran Espíritu!
Ese fué el grito de batalla de Vendivyx mientras daba la señal para avanzar contra el ejército de adversarios que habían logrado
penetrar las diversas lineas de defenza de los militares, que inútilmente trataban de actuar contra los gigantes cibernéticos.
Chat observaba al gnomulón orgánico con admiración mientras este levantaba su objeto de poder, el maso de los inmortales,
sobre su cabeza, y lo impactaba fuertemente contra el piso, y pronunciaba el MNCH, el mantram que lo caracterizaba. Su cuerpo
se cubrió por una armadura plateada que sólo dejaba su rostro descubierto marcando la transformación que el Gran Espíritu
le otorgaba: Nesah Vendivyx. Nesah se desmaterializó para convertirse en un ser de energía pura y salió disparado hacia los
adversarios, penetrando en varios de ellos, creando cortos circuitos en estos, para materializarse velózmente y rematarlos
con su maso de el poder al mismo tiempo que llamaba a los guerreros a luchar hasta la muerte. La ausencia de los cuatro caballeros
karmatron era evidente, todos estaban concientes de que esta podría ser su última batalla, sus últimos momentos con vida,
pero valía la pena, si lograban que alguien sobreviviera para difundir el camino de la luz. Geburah, el kundalini de la especie
de los hombres águila extendió sus alas de fuego y emprendió el vuelo seguido de varios kundalini, entre ellos su esposa,
dispuestos a enfrentar al enemigo en el aire y así evitar que más adversarios alcanzaran los perímetros donde estaba localizada
la nave. El maestro Lagarto junto con seis kundalinis más se encargaba de crear campos energéticos para proteger a los civiles
y darle tiempo a los técnicos e ingenieros de hacer las reparaciones necesarias para que la nave pudiera operar nuevamente
y así emprender la huída hacia su nuevo hogar, el permanecer más tiempo en Ascii sería condenarse al exterminio. Pero el castigo
que el campo recibía era demasiado y poco a poco este se iba debilitando, el tiempo se agotaba y mientras, Chat veía desplomarse
el cuerpo sin vida de la esposa de Geburah. Un escuadrón enemigo hacía pedazos la pared, logrando entrar al corredor. Una
hacha hizo pedazos a uno de los adversarios antes de que este pudiera acabar con Chat, se trataba de uno de los kundalini
que acompañaba al maestro Lagarto, el diminuto Zeeff, viejo lider de los Jifffz, una raza ancestral de pequeños guerreros-¡coforrefe,
nifiñofo! Yofo lofos defetefendrefe. Chat comenzó a correr, a sus espaldas el viejo Jifffz destruiría a una decena de robots
antes de caer. - ¡Noooo!- El grito de el maestro Lagarto cubrió toda la nave al ver desmoronarse toda oportunidad de escape.
- ¡Gran Espíritu, esto no puede acabar aquí! ¡No lo permitiré!- El cuerpo de el maestro empesó a aumentar de tamaño, sus brazos
mostraron por primera vez en miles de años las alas que se mantenían ocultas y sus manos se convirtieron en enormes navajas
con las cuales atacó a los agresores. Los kundalini restantes que trataban de reestablecer el campo energético no salían de
su asombro, nadie antes había visto el poder natural de el maestro. La situación había llegado a una etapa crítica, los kundalini
en el exterior habían fracazado y la nave estaba siendo abordada desde varios puntos, al parecer el fín había llegado, y luego
el silencio.
Por todo el campo de batalla y el interior de la nave los adversarios se detuvieron uno a uno, y apagaron sus sistemas.
- ¡Maestro, mire! Gritó Axp- uno de los gnomulones orgánicos Kundalini que restablecía el campo energético. ¡El enemigo se
ha desactivado sin explicación!- Yo no diría eso contestó una voz metálica. Y ante el asombro de todos, Veitch, Oztrando y
Danna hicieron su aparición montados sobre el gigantezco cuerpo cibernético de Gloya. -¿Gloya?- Exclamó confundido el maestro
Lagarto- El Gran Espíritu trabaja en formas misteriosas.- Le contestó. -¡Wow! ¿Ese es el maestro Lagarto? preguntó Danna en
voz baja.- Había oido rumores de que era un metamorfo, pero hasta ahora nadie lo había comprobado- Le contestó Veitch de igual
forma.- De hecho dicen que nadie conoce en realidad la verdadera forma de el maestro- Agregó Oztrando. El maestro Lagarto
regresó a su físico habitual. -¡Gracias a el Gran Espíritu!- Dijo el maestro Pero Gloya, hija ¿qué haz hecho?. - Chat se abrió
paso entre todos y se colocó frente a él. No hay tiempo para explicaciones viejo amigo.Junta a tus muertos, para brindarles
sus respectivos honores; ahora que ya estamos todos es hora de partir. Es necesario que preparen un transporte ligero, estos
cuatro kundalinis y yo saldremos cuanto antes. - Mi niño - le dijo el maestro. No soy quien tu crees amigo mío. Soy Chat,
¿no lo sientes?. Pues claro que eres Chat agregó Axp Creo que no se refiere a eso comentó el maestro Maestro hay cosas mas
importantes en este momento que atender Dijo Veitch - ¡Silencio! gritó Chat No soy aquel que algunos de ustedes conocen como
Chat el infante. En realidad soy Chat, de Atlán, reencarnado en este, el cuerpo de mi último decendiente y he regresado para
cumplir una misión. Prosigue- exclamó el maestro, mientras los demás escuchaban anonadados. El me ha llamado y enviado para
que los guíe hacía los cuatro caballeros karmatrón. - ¿a quién se refiere con él? preguntó Danna. Si no me equivoco- dijo
el maestro Lagarto Alguien al que alguna vez tuve el honor de llamarlo amigo. ¿Pero cómo es posible que sepa donde estan los
caballeros Karmatron?- exclamó Oztrando - Todo lazo astral se ha perdido, ninguno de nosotros ha percibido nada. Está usando
prácticas oscuras agregó el maestro ¡Pero eso no es correcto, el cuerpo de este niño no resistirá!. Esto va mas allá de lo
que es correcto o no, viejo amigo, o maestro Lagarto o como te hagas llamar estos días. Se está cerrando el círculo, y yo
tengo una misión que cumplir, el pequeño Chat comprende esto y sabe que su muerte no será en vano, ha honrrado bien a nuestra
raza. Además el Gran Espíritu no lo permitiera si no existiera otra salida. Supongo que eso nunca lo sabremos en realidad.
Esto no está bien maestro, debe de haber otra forma dijo Gloya. ¿Te haz visto en un espejo ultimamente niña? exclamó Chat
Mira por la ventana, mira alrededor tuyo, recorre esta nave. ¿Dónde está Katnatek?. ¿Dónde quedó su bendito Merú? ¡Nada de
esto está bien! . Sólo estamos perdiendo el tiempo, los caballeros karmatrón los necesitan y esta es la única manera. El maestro
Lagarto guardo silencio, todos lo observaban a él y al cuerpo poseído de el pequeño. Chat-dijo el maestro- Oñartxe ol euq
elid. -No es necesario viejo amigo- le contestó Chat- él lo sabe y espera que algún día lo perdones.
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